/* Esto es la redirección */ /* Finde de la redirección */ eScritos iRregulares: octubre 2017

jueves, 26 de octubre de 2017

Microrelatos: Seriedad en la oficina / Baño de burbujas

Seriedad en la oficina


Y se ríe a pesar de que las últimas semanas he tratado de enseñarle que lo importante es el lenguaje corporal, el gesto. Que sepan quien manda y que cualquier acción por su parte puede tener consecuencias. Y va ella y se empieza a reír. Claro, los nervios. Además, con esa risa transparente, redonda y contagiosa que tiene. Otra vez en menos de treinta segundos, partiéndonos de risa y con las manos vacías, salimos corriendo de la sucursal.
Así no hay manera: este es un trabajo serio.

Baño de burbujas


Y se ríe a pesar de que le tengo dicho cien veces que no quiero que lo vuelva a hacer. Tres vendedores de telefonía, dos de la compañía eléctrica, uno de seguros, una chica que pedía firmas y un señor de barbitas que nunca sabré que quería. Invita a pasar a cualquier desconocido que llama a la puerta. Menos mal que soy previsora: volveré a llenar la bañera y compraré más ácido por si acaso.
A veces, creo que lo he malcriado un poco

jueves, 19 de octubre de 2017

Microrelato: Amistad solitaria / Despedida

Amistad solitaria

Vuelve a pedirme que le empuje y yo lo hago. Después subo y me empuja él: lo pasamos muy bien en el columpio. Y tirándonos por el tobogán, a veces ¡boca abajo! También jugamos a la pita pero nunca me coge porque soy muy rápido. Acabamos siempre pasando mucho tiempo en el sube y baja. Como pesa poco, yo abajo y el arriba aunque le digo que haga fuerza. Hasta que viene mamá y tenemos que irnos. Y se queda allí subido hasta que vuelva al parque: si hubiera otro niño en el pueblo, podría bajarlo él


Despedida

Vuelve a pedirme que le empuje como el día que la conocí. Entra en el coche, quita el freno de mano y a través del parabrisas trasero enmarcado en pegatinas, veo sus ojos expectantes en el espejo. Con poco esfuerzo la furgoneta multicolor comienza a deslizarse por la cuesta de salida del camping y a los pocos metros, el motor arranca con un estornudo gris. Acelera y su mano asoma por la ventanilla haciéndome un gesto de despedida. Se aleja. Empiezo a correr pero cuando me estoy acercando, toma la curva. Es entonces cuando siempre me despierto.