/* Esto es la redirección */ /* Finde de la redirección */ eScritos iRregulares: 2016

viernes, 9 de diciembre de 2016

TReiNTa aÑos

Treinta años después
puedo volver y pintar
como entonces me sentía,
encerrado en unos muros,
que yo mismo levanté.

Treinta años después
veo el tiempo en pasado
pero siento presente la huella
que este lugar me dejó.

Sumidero de almas
deshojadas lentamente
entre la risa y la ceniza.
De ojos ensombrecidos
absortos por la llama naranja,
sinuoso descenso a la sima

A mí,
me trajeron de vuelta.
Otros,
encontraron su camino.
¿Cuantos todavía vagan
entre estas cuatro paredes?

Si algo te atemoriza,
mira dentro de ti:
no hay mayor demonio
que uno mismo.


sábado, 9 de julio de 2016

pARa Coco

Hermano Coco,
amigo can
cuantos pasos dados contigo,
cuantas miradas dadas al mar.

Hermano Coco,
amigo can
tu sombra siempre a mi lado
aun no pudiendo caminar.

Frunce la nube el ceño
y hace que baile el agua
y metes tus patas al cielo
a través del suelo de espejo.

Coje tu palo y jugemos
aunque la tormenta no quiera
cuando estás conmigo hermano
al final siempre clarea.

¿Ves como el azul asoma?
¿ves como el viento ya cesa?
Coje tu palo y corramos
el tiempo que todavía queda,

Y que luego se borren las huellas
y que luego viente y tormente
pero juega conmigo de nuevo
antes de que el mañana llegue

Amigo Coco,
hermano can.

viernes, 8 de julio de 2016

VeRSos preNDidOs


Quise ver el azul
y subí la cuesta espiral
pero llegué tarde;
como siempre.
El alquímico ya había
tornado el agua en oro y yo
cerré los ojos y sólo llevé
el brillo reflejo de fuego
en el espejo de mar que ciega.

A oscuras, al recordar,
ansíe estar de nuevo
y asomarme a la hoguera:
es desventaja no tener
una ventana como la tuya al cielo.

¿Pueden acaso competir
cuatro palabras unidas
ante la ardora de la ría?
¿Podría escribir algo
que encendiera el poema,
con la misma llama al leerlo?

No.
Versos perdidos de inicio
tendidos en la llama encendida
de esa luz incombustible
del poniente al que se asoman.
Versos prendidos de inicio
en la belleza fútil de ese instante,
en el naranja sútil de la puesta
dispuestos a quemar sus palabras.

sábado, 14 de mayo de 2016

Carta para Anuska



Anuska, has cumplido dieciocho.

        Cuando te vi por primera vez eras un cosita que llevaba una enfermera poco después del parto. Me acerque y le dije: ¿es mi hija? Me dijo que sí y me preguntó si te quería coger. No recuerdo si lo hice o no. Imagino que no porque no tenía ni idea de cómo se coge a un recién nacido. O a lo mejor sí porque tampoco sabía nada de lo que tendría que aprender como padre en los 18 años siguientes y aquí estás. Te llevaron a la incubadora y allí estuviste dos días donde te pude ver toda arañada por el hambre y el carácter que tenías: tus dos primeros días de independencia nada más nacer.

        Después vinieron las noches de cantar en japonés, de Borna y Magre, de la guardería y el colegio, de los llantos y las toses nocturnas. ¿Te acuerdas que cada vez que te atragantabas me ponía malo? Ahora a ti te pasa con Jose… Y la casita de madera y los cumples y las amigas. Y a veces tristezas como cuando lloraste porque no te habían cogido en la natación sincronizada y te convencímos de que no pasaba nada, de que entraras en la rítmica, que aunque fueras suplente lo importante era pasarlo bien y que luego se tornaron en alegrías como cuando ganaste el provincial y después el gallego.

Y Maraguel o que siempre íbamos a un balneario y te dábamos una sorpresa o lo mal que lo pasábamos con los dichosos vómitos o como me inflaba cuando traías esas notazas que siempre has traído o el viaje a Irlanda o cuando te decía señalando el armario de encima: “ponte de pie en la cama, ¿ves? Algún día llegarás hasta aquí” ¡¡Dios, parece que fue ayer!! ¡¡Todo ese tiempo ha volado!! Ya nunca más te volveré a coger en la chepa mientras cantas: “En un puerto, italiano, al pie de las montañas…”


       Pero de eso se trata, eso es la vida. Me he acordado de aquella vez que te cogí por las manos y comencé a darte vueltas girando. Te agarraba tan fuerte para que no te cayeras que te hacía daño. Tu me mirabas, me dí cuenta y quería soltarte pero antes tenía que parar de girar. Nos hemos reído muchas veces con esa historia. Hoy siento algo parecido. Me gustaría agarrarte fuerte para que no te caigas nunca, que todo parara de girar y no crecieras, pero no puede ser. Ni puedo, ni debo, ni quiero porque si hay algo que me llena de orgullo es ver como has crecido - no físicamente (que también) - sino como persona. Ver que hoy aquella niña que desencajaba la cadera es ya una adulta no porque lo diga una fecha sino porque lo dicen sus actos.

       Hoy empieza tu mayoría de edad. Dentro de poco tendrás que encarar una nueva fase de tu vida en la que ten por seguro esta te pondrá a prueba. Tendrás tristezas y alegrías, éxitos y fracasos, habrá días que creerás que todo se hunde y otros en los que nadie puede pararte. Eso es la vida. Cuando estés arriba, nunca olvides ver hacia atrás para recordar de donde, como y porque has llegado hasta allí. Y cuando estés abajo recuerda estas palabras: creo que eres una gran persona y que podrás conseguir lo que te propongas. Tienes tesón, inteligencia y cariño de sobra. Quien no te quiera, no te merece. Rodéate de buena gente, no tengas miedo nunca a decir la verdad y sobre todo, disfruta de la vida pues, como ves, el tiempo nos vuela.

       Tu padre.
         

viernes, 13 de mayo de 2016

BH

Cuando era más joven tuve una bicicleta.
Era una BH de aquellas con timbre, luz de una dinamo sobre la rueda, manillar cromado regulable y un portabultos en la parte de atrás que cuando estabas práctico podías usar para sentarte mientras pedaleabas como si fueses un artista del Price. Y era azul. Un azul tan eléctrico y brillante como yo me sentía en ella. No era una bici de paseo, ni de carreras: era una bici de niño. Con ella pasé muy buenos ratos haciendo cabriolas e intentando caballitos.

Imagino que un día algo o alguien me hizo aparcarla y deje de usarla. Recuerdo verla tiempo después colgada oxidándose acompañada de la Orbea plegable de mi hermana: telarañas por los radios, el manillar caído y las cámaras vacías como si hubiese perdido el aliento.

En aquel momento, no le di importancia. Hoy, pensándolo, me siento como si le hubiese fallado a un amigo.

viernes, 22 de abril de 2016

Luminosas

Hay personas luminosas.

Sonrisas que restallan,
látigo de rayo en la noche.
Máquinas expendedoras de ánimo
sin necesidad de moneda de queja.
Campanario que toca rebato
ante el fuego de las sombras.
Leve roce que mueve la piedra
que suelta la roca
que induce avalancha.

Algunas son propias o tangentes,
que siempre están, que ya saben
y no desfallecen en que el otro no desfallezca.
Y también ajenas o extrañas
prestan su mano por simple similitud con el semejante,
saltando a nuestro lado para que
- de caer - no caigamos sólos.

Hay personas luminosas
como el brillo de las burbujas
en el mar una noche de luna.
Aire fresco que se cuela a borbotones
entre el aire plomizo del verano.
Lluvia que inunda surco de tierra seca
antes de que ésta renazca.

Yo las tengo
Tú las tienes.
No busques lejos.
Mira a tu lado.

(Para Santi y Paloma. Pocos premios hay como la mirada de orgullo de un hijo)

lunes, 4 de abril de 2016

Versos perdidos

Quise guardar el azul
y subí la cuesta.
Llegué tarde,
como siempre,
y el alquímico
había tornado
el agua en oro.
Cerrar los ojos
y ver el brillo,
reflejo de espejo
que de nuevo ciega.

Tras èl a oscuras,
recordar.
Quizá mañana
esté de nuevo:
es la ventaja
de tener
ventana
al cielo.

Pueden acaso competir
cuatro palabras unidas
ante la ardora de la ria.

Versos perdidos de inicio
tendidos en la llama prendida
de esa luz incombustible
del poniente al que se asoman

miércoles, 2 de marzo de 2016

tieMPo

Quise medir mi tiempo,
el tiempo que me quedaba
y descubrí que se acababa
cuando aún no lo había empezado.

Saque una ancla y me dije:
clávala chaval, que no se mueva,
pero mi barca seguía la corriente
por mucho que me empeñaba.

Y tanto vi para atrás,
que mi cabeza se dio la vuelta:
y bajaba cuando subía,
y me hundía cuando flotaba.

El tiempo,
mi tiempo,
amante fútil sin rostro,
corto suspiro de instante.
Creí que lo poseía
y nunca llegó a ser mío.

No seas de vacúo sentido,
no hagas inútil camino,
olvídate de la medida,
obvia las comas,
ignora la rima.

Aquello que es lo importante,
no depende del segundero
ni de la rutinaria caída
de las hojas del almanaque.
Tú y los tuyos,toda tu gente
es la razón,
es el destino.

No pienses entonces amigo
en el armazón acolchado
y el maquillaje mentiroso
de la oscura noche adornada.

Piensa si serás recuerdo,
si merecera la pena
que alguien hable de ti
cuando de ti,
no quede
nada.

** Presentada al XXX Concurso literario ***

soNRisas (tal como láGRimas)

Hay sonrisas medidas.
Concretas como una suma,
practicadas como una firma
o la O en el parvulario.

Hay sonrisas que rascan:
uña contra pizarra,
recuerdo en el destierro.
Inútiles como tiza en agua

Hay sonrisas perdidas
que lamentas en cuanto no están,
deseando que se marchite el instante
como recuerdo de sueño

Y hay sonrisas que silencian,
preguntan
responden.
Y callan

Pero a mi dame las verdaderas,
aquellas que canta el alma,
las que suenan a catarata
que son como mar en calma

Y que tu sonrisa no duerma
sea madre, oficio y casa
sea la lumbre en mi noche
sea paz en mi marejada.

Deja que asome amor mío,
deja que luzca en tu cara
dame razón al dormirme
en encontrarla mañana.

** Presentada al XXX Concurso Literario **