/* Esto es la redirección */ /* Finde de la redirección */ eScritos iRregulares: junio 2015

lunes, 8 de junio de 2015

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Acababa de dejar la bolsa de basura en el contenedor cuando sentí algo blando bajo mi pie. "¡¡Por Dios, si sólo he bajado un momento a tirar la basura...!!" Lo levanté con cuidado y comprobé que acababa de pisar un pequeño montón de algo parecido a algodón. "¿Algodón......y esto?" Un rastro desperdigado partía de donde yo estaba y desaparecía en la entrada del callejón cercano. La lluvia fina había comenzado a caer y hacía que la idea de asomarme sonara más que peor: conocía bien lo sucio y mal alumbrado que estaba. Pero la curiosidad me pudo.

Más o menos a la mitad había un escalón de piedra a la entrada de una vivienda que llevaba años cerrada y en la distancia me pareció observar algo sobre ella. Al acercarme ví que se trataba de un viejo oso de peluche que algún día fue marrón. Por una de sus piernas descosida, había salido el relleno que me había llevado hasta él. Su cabeza estaba volteada hacia la pared. Me agaché y cuando iba a cogerlo, se giró y mirándome con los botones de sus ojos me dijo agriamente:

- Que quieres imbécil. ¿Nunca has visto un peluche?

El tono me sorprendió. Siempre había tenido un trato agradable y dulce con los peluches infantiles. De hecho los dos favoritos de mi hijo y yo colaboramos en cantidad de anocheceres para convencerlo de que había que dormir. Pero las palabras de éste habían sonado como agrio vinagre rancio.

- ¿Puedo ayudarte? Podría hacerte un nudo - dije

- Sí claro. Ante uds. el cirujano callejero en su consulta del callejon meado. Si te parece vete recogiendo el relleno y me lo embutes de nuevo -

- Es una idea... y te anudo la pata -

-Ya. Relleno húmedo recogido del suelo: ideal para niños y la cría de moho y gusanos ¿Y después que? ¿Me buscas una casa de acogida? - dijo mientras rumiaba otras cosas que no pude entender.

- Tengo un sobrino pequeño. Igual puedo hablar con su padre y llevarte junto a ... -

- ¿Pero quieres callarte? Mira, he pasado muchos años encerrado en un armario y desde antes de que eso pasara ya sabía como son las cosas. ¿Vale? En cuanto mi ama empezó a pintarse los ojos supe que todo había acabado. Ya sabía mi destino final. Contaba con ello y estaba preparado. Pero cuando hoy abrió la caja y volví a verla, la reconocí al instante. Estaba distinta, como yo, pero para mi seguía siendo la misma niña. Y creí tener una segunda oportunidad. Agazapado en algún lugar había permanecido el recuerdo de que cuando era pequeña, ella había encontrado tirada una pequeña figura de madera. Su padre le dijo que la limpiarían y la pintarían juntos. Nunca lo hicieron. Pero te garantizo que sucia y todo, nunca he visto un cacho de palo tan contento como aquel el día que lo pusieron en nuestra estantería. Una segunda oportunidad..... He tardado tres horas en deshacer el nudo de la bolsa, subir hasta arriba y salir por la rendija de la tapa. Pero con este este regalo - y levantó hacia mi el muñón de su pierna descosido y deshilachado.

- No se que decir....quizá si....

- Quizá nada. Amigo, vete a tu casa y déjame tranquilo, esto es la vida real. Si quieres ponte Toy Story y sigue soñanado.

Nuestras miradas se cruzaron. Su ojos marfil hacía mucho que habían perdido el brillo y lo que había sido sonrisa, ahora era una raya. Meneó la cabeza. y mientras seguía murmurando, se volvió de nuevo hacia la pared. Me levanté y me alejé. Antes de girar en la calle le dí un ultimo vistazo. La luz de la farola sólo dejaba entrever un bulto oscuro encogido sobre el peldaño mientras la llovizna caía. Los restos de relleno volaban con el aire de la noche como copos de nieve sin peso.

A la mañana siguiente ya no estaba. Quizá el barrendero, quizá un gato o quizá alguien con más coraje. Lo único que sé, es que ya no puedo ver igual a los peluches de la habitación de mi hijo. Y me he dado cuenta que ellos, a mi, tampoco.