/* Esto es la redirección */ /* Finde de la redirección */ eScritos iRregulares: febrero 2012

miércoles, 15 de febrero de 2012

¿Porqué preocuparme?

....solo es una cicatriz.

Mis padres siempre me habían dicho que la fuente de nuestros ingresos provenía de las rentas de la herencia que mi tio abuelo - emigrante a Brasil en los cincuenta - nos había dejado. Cuando sintió que su tiempo llegaba, regresó a su ciudad natal y recaló en casa de los únicos parientes que le quedaban. Ellos lo cuidaron hasta su fallecimiento ya hace unos cuantos años. Periódicamente recibíamos del bufete de abogados albaceas de su fortuna un suculento cheque. Según me contaron, había sido un hombre muy rico pero extremadamente recto y por ello no podría disponer del importe del capital que me había dejado hasta los cincuenta años. Y además, para seguir recibiéndolo, debía cumplir una serie de condiciones físicas e psíquicas que regularmente cada año eran verificadas: test culturales y chequeos médicos me obligaban a formar mi intelecto de modo continuado y a mantener mi salud siempre sobre el 90% del óptimo. Como resultado, cuidaba mi físico y formaba mi mente. Siempre lejos de actividades peligrosas y con todo tipo de vicios vedados.

Una temporada, mientras estudiaba mi segunda carrera, empecé a fumar. Estaba un poco harto de aquel corsé de perfección. Los análisis semestrales mostraron la presencia de nicotina en mi sangre. La asignación mensual quedó suspendida y condicionada a la realización de otras puebas a los tres meses. Decidí rebelarme y no sólo continué fumando, sino que gane peso significativamente y comenzé a beber. La penalización se extendió a un año.

La vida es muy diferente cuando tienes que ganarte el pan. Tanto, que bastante antes de que llegara la fecha de mi evaluación, me había asegurado de que mi cuerpo estuviera limpio. Con el informe favorable, volvió a reanudarse el flujo de dinero.

Hace un par se semanas se recibió una llamada en casa. La palabra para definir la cara de mi padre mientras la atendía es transfiguración. Tras colgar mantuvo una breve charla con mi madre a solas y después ambos se reunieron conmigo en el salón.

Allí, me notificaron que me iba a ser extraído un riñón. Y me explicaron que mi holgada existencia se debía, no a un lejano pariente ya fallecido, sino a una de las mayores fortunas planetarias. Y esa fortuna, reclamaba ahora su parte del trato: por algo había mantenido su clon con tanta dedicación e inversión de recursos. Si rechazaba mis obligaciones, desaparecerían mis ingresos y otra de las diversas replicas que existían sería el beneficiario de la gratificación extraordinaria establecida para el caso. Por supuesto, ellos tampoco eran mis padres biológicos, sino una mezcla entre comisionistas y padres adoptivos. Tenía doce horas para tomar una decisión pues la situación era apremiante.

Ahora, mientras palpo la rugosidad en mi lado derecho me pregunto:
¿Porque preocuparme? Por fuera es sólo una cicatriz....




sábado, 11 de febrero de 2012

Cada día que pasa ...

 ...me parezco más a mi mismo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Lágrimas

Hay lágrimas de aceite de latón
- ovaladas, perfectas -
que se deslizan mostrando
su dorado lustroso

Hay lágrimas de lija
de las que desuellan a su paso y
dejan visto el dolor de la carne
y el blanco del hueso.

Hay lágrimas de raso
suaves,
etéreas,
medidas,
codiciosas.

Y hay lágrimas negras,
oscuras y rumiadas que alcanzan su ser
cuando cumplen venganza

Quítame de todas ellas
y déjame solo
las del sal y el agua,
las transparentes y tempranas,
hijas del dolor,
aquí,
donde se late.

Y quítate a ti de ellas,
que nuncas las sufras.
Para ti no las quiero.
Son las que nunca nadie,
quizá ni yo,
merezco.

** Presentada al XXX Concurso Literario **

miércoles, 8 de febrero de 2012

Fluye

La inútil mirada del ojo de cristal
que me saluda.
El perro que cruza la calzada
rabibajo y huidizo.
Un negro guante de lana
huérfano sobre el buzón
y autómatas parados por las esquinas
que miran incrédulos sus móviles.
Niños con gorro y bufanda
caminan asidos
de lentas manos arrugadas.
Olor turbio a aceite refrito
y menú del día.

La vida fluye ensimismada.

Aterida por el viento frío de Febrero
que arremolina en las esquinas
plásticos que juegan a la pita

La vida va
y yo la veo
y no detiene su ruta.

De vez en cuando
alguien baja en su estación,
una voz que se apaga dentro del murmullo,
apeado sin que pare su marcha el vagón.
Envuelto en caoba
y maquillado antes de ser ceniza,.

La vida va y nadie huye.
¿A dónde ir?…
si no hay destino.

Un paso más allá,
ese es el objetivo,
tan solo uno más.

Y luego ya veremos,
si ahora estamos yendo
o si acaso,
es que ya venimos.